23 de abril de 2011

Espacios protegidos

Existen unos espacios que son protegidos y que perduran mucho tiempo después de que la relación haya concluído. Los espacios con que ocupamos el alma de los demás y con los que edificamos nuestra historia, a menudo son largas sombras que se arraigan a la vida de las personas.

Este espacio que un día se construyó con ayuda del otro, es un espacio difícil de llenar o realojar. La sola ausencia del otro, deja al descubierto ese espacio.

Para que podamos seguir, hay que vaciar de contenido esos espacios, de otro modo, nos quedamos enganchados al otro. Sin sacar lo antiguo, nada nuevo puede entrar.

15 de abril de 2011

Tierra de nadie

La confusión, no es más que la otra cara del miedo a reconocer lo que es. La confusión es la falta de compromiso con uno mismo, para tomar partido y asumir qué es lo que me conviene, aún a pesar de los precios que haya que pagar. Es el precio de desconocerme, de no tener el espacio personal de poder acoger lo que es y permitir su existencia.


Pretender no pagar precio alguno, es enredarse en la confusión de querer que la realidad se ubique en dos lugares al mismo tiempo y no aceptar que solo puede darse en uno. Estar a caballo entre dos ubicaciones, no deja de ser ingenuo e inocente, pues la propia realidad se impone con su discurrir y nos muestra de lleno la imposibilidad de avanzar con un pie a cada lado del camino.


La realidad nos exige elegir, pues sino lo hacemos, nos quedamos en una tierra de nadie, que nos deja con un lugar incierto para ser. Por un lado somos y al mismo tiempo no somos, pues no podemos ser en el otro lado.


Madurez y confusión discurren en sentido contrario.

11 de abril de 2011

Disponibles y presentes


No es lo mismo estar disponible, que estar presente.

3 de abril de 2011

Saber estar solo

Saber estar solo, es saber estar conmigo en silencio, asumir lo que siento, responsabilizarme y defenderlo frente a terceros; asumir el precio de la no aprobación y aún con todo seguir confiando en que desde ese espacio de respeto, sabré dar lo mejor de mí mismo, sin tener certeza alguna de a donde me quiere llevar este. Es confiar en mi mismo, más que en nada, para discriminar lo que me conviene y lo que no. Sin aceptar censuras externas.