Al medir el progreso, evaluamos donde estamos. Aparentemente, mientras los hechos no cambian, se mantiene la situación de "sin salida" y de vueltas en círculo.
Es la sensación de seguir "atado" a lo mismo, la que genera impotencia y falta de sentido, cuando la realidad es que la vida es el permanente proceso de desenmascarar lo que suponemos es, a través de la experiencia, para abandonar las ideas de lo que son las cosas y quedarnos con lo que realmente son.
Valencia, 10 de febrero de 2.012 (1)
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