11 de noviembre de 2011

... lo que creo que es ...

Un pensamiento estructura, da consistencia a una parte de lo que ES, lo limita a un aspecto y se detiene en ello, como si fuera lo único. Desde esta parte que eleva a lo absoluto, condensa lo que creo que es y lo convierte en lo que ES ... eliminando como una foto, el movimiento.


Valencia, 11 de noviembre 2.011 (1)

10 de noviembre de 2011

4 de noviembre de 2011

La construcción de una identidad



Existe un miedo a dejar que las cosas sucedan sin una razón. No podemos desde la mente aceptar el caos de que lo que sucede no tiene un hilo conductor. La mente cumple con la función de dar continuidad (tiempo), linealidad (causas y efectos) y coherencia (razones) a lo que percibe.

La sensación de continuidad y estabilidad, no deja de ser una forma de unir, lo que se percibe, en una mezcla de memoria selectiva y energía en curso.



Las sensaciones vienen y la mente las fija y las enlaza, dando consistencia y densidad al pensador, de manera que cuando no sepa, al menos crea saber el camino de vuelta.



Y lo que sucede es que es la propia percepción de la mente, nos urge a darle orden a lo percibido. De este modo construimos una identidad que se fragua en una forma de percibir, que en sí misma es parcial, pues la mente siempre percibe en partes (esto si, esto no), y de estas partes hacemos una totalidad a la que con gran esfuerzo y energía, le damos vida. Es esta creación de la percepción la que genera que percibamos como percibimos, pues le damos la validez de lo único.



Así nos vamos instalando en una forma de sentir y todo a partir de ahí tiene que encajar en el molde, pues sino, nuestra mente entra en pánico, al caer en la cuenta de que no puede tener continuidad.



Trocear la realidad en este ejercicio de fraccionar lo que es, es lo que nos exige imponer a lo que es, nuestro molde, en un desgaste de energía agotador.




Valencia, 4 de noviembre 2.011