
Los límites son esenciales para darnos un terreno de juego, sin ellos, nos perdemos en el mar de nuestros deseos; sin contrapunto, no tenemos contexto, ni precio alguno que pagar, por tanto es difícil definir el camino.
Gracias a los límites sé que tengo que renunciar a algo, para poder ganar otra cosa. Sin precio, no es posible elegir.
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