4 de diciembre de 2008

Las carencias

Nuestras carencias son previas a nuestra presencia. Sino encontramos la forma de quitar la angustia que genera la carencia, no podremos estar disponibles. Si la negamos, la padecemos por las consecuencias. Si la reconocemos, empieza una danza entre el deseo de saciarla, la fantasía de curarla y el temor a enfrentarla.

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