1 de septiembre de 2009

Nutre lo diferente

Nutre lo diferente. Lo identico afianza, dando una falsa sensación de seguridad y pertenencia, pero no enriquece, no desvela nada nuevo. Se podría decir que para reconocerme, preciso de otro que me limite, me devuelva, me transforme, me muestre la diferencia. Sin este otro no puedo descubrirme. Del mismo fondo, no puede salir figura nueva alguna.

Sino materializo nada con el otro, nada construyo. Y lo realmente importante para mi de esta idea, es que sino me encuentro con el otro, es decir sino permito que me transforme y me cambie, no existirá vinculo (la capacidad de construir algo con alguien) o este será muy débil. Si todo lo que hago es proteger mis fronteras al encuentro y niego la intimidad, entonces, lo que se da, sería parecido a lo que se daría en soledad. Es entonces cuando, ante lo poco asimilado de la novedad, todo pasa por conocido y nos deja un rastro de vacío. Es el vacío de no saber llenarse de experiencia y que en una de sus caras puede leerse el aislamiento.

Cuanto más nos nutre, nos transforma, nos enriquece, nos perturba una relación, más puedo construirme gracias a la otra parte y por tanto, más agradezco su presencia, pues en el fondo es con quien me puedo reconocer.

No hay comentarios: