30 de diciembre de 2011

De una parte, la totalidad ...

La mente solo pone en evidencia lo que percibe y esto no tiene porqué coincidir con lo que ES. Al percibir solo lo que alcanza, lo toma por lo único. Y de la parte, hace la totalidad, olvidando que por su propia forma de operar, donde la palabra divide y establece fronteras, no está a su alcance describir lo que ES.

Lo que ES no se puede describir, solo se puede experimentar. Lo que percibe la mente, no deja de ser una parte de lo que ES, pero es tal la necesidad que tiene de obtener respuestas ciertas que con ello y a pesar de su parcialidad, crea un mundo a la medida de su percibir.

... y aquí empieza la distorsión de lo que ES y el sufrimiento.


Madrid, 30 de diciembre 2.011

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