29 de diciembre de 2011

... las preguntas se acaban ...

Tratar de responder a la pregunta de quien soy yo, es tan ingenua, como necesaria y solo se extingue por la experiencia de SER. Una vez que SOY, dejan de existir las preguntas y por tanto las respuestas. SIENDO, dejo de preguntar, pues sé que SOY.



Es cuando aún me busco, que me pregunto, pues preciso de un camino para ir hacia mi mismo. Más esto no deja de ser una construcción mental, que no deja de ser parcial y efímera.



El hecho de preguntarme, inequívocamente es que aún no me he encontrado. Toda respuesta que pueda encontrar y verbalizar, está condenada a su extinción, antes o después. En último término, será la extinción de la pregunta y la necesidad de encontrar respuestas.




Madrid, 30 de diciembre de 2.011

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