6 de enero de 2012

... deshojando la margarita ...

Con la mente solo podemos alcanzar lo falso, con la experiencia lo que ES. Y experiencia no es la acumulación de recuerdos, ni de historia, sino la experiencia sin valoración de lo que sucede en el presente, sin añadir, ni quitar; sin amontonar pasado, ni irnos hacia el futuro. Es la experiencia de lo que está sucediendo.





La interferencia de la mente, lo que hace es destacar de lo que ES, partes y arrojarlas al montón de la historia pasada o enviarlo al futuro. Son esas partes que rescata la mente de lo que está siendo en el presente que nos sacan de la experiencia misma, son estos trozos, que con el único criterio de veracidad de lo observado, concluímos que es lo que es, como si lo no captado por la mente no tuviera razones para ser, como si lo único que se puede demostrar es lo único que tiene derecho a ser reconocido como cierto, como si esto fuera lo único sobre lo que edificar y como si lo demás no fueran más que castillos de arena.





Dejar de lado lo no percibido por la mente, reduce y encajona la experiencia, hasta dejarla huérfana de sentido. Entonces como si de una margarita deshojada por la mente, nos encontramos con un montón de pétalos y nos preguntamos ... ¿que sentido tiene un montón de pétalos despojados del tallo?, ... ¿para que tiene que existir esto en la cuneta del camino, cuando su destino es la destrucción?, ... olvidando que en origen era una margarita, sin nada que añadir, ni quitar y que es al trocearla que la dejamos sin valor, ni sentido.






Madrid, 6 de enero de 2.012

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