1 de noviembre de 2009

Fracasar para cambiar

Confundimos a menudo el movimiento con el cambio. Hay quien apenas se mueve y cambia en lo profundo; y quien apenas está quieto y no cambia. Los cambios profundos a menudo vienen del fracaso en el movimiento, que se nos muestra de pronto inútil y vacío. Fracasar en el movimiento puede ser una bendición, pues ya sabemos que por allí, por más que insistamos, no está nuestro camino.

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