3 de septiembre de 2015

Un poco más libre

Allá donde ponemos nuestro intento, por el simple hecho de ir hacia ello, nos va dando la forma que buscamos. Así si un hombre anhela la libertad y cada día, al reconocer su permanente falta de libertad, trata de ir más allá de sus límites y condicionantes, sentirá que al expandir su consciencia en pequeños espacios nuevos, al atreverse cada día un poco más allá de sus prejuicios y limitaciones, esos espacios que aún no son la Libertad con mayúsculas, son la antesala de la sensación de la libertad.

No son la Libertad, nunca lo serán, esto son palabras mayores, pero la sensación de ir hacia una mayor libertad es impagable. 

Y cuando digo ser más libre ... ¿Qué estoy diciendo en realidad? porque hay tantas ideas como personas sobre la libertad.

Para mi no es más  libre quien más se mueve, sino quien más enfrenta sus miedos, sus creencias que le limitan con medias verdades; quien más contrasta su discurso con la realidad; quien más se atreve a exponerse a no saber ni por donde seguir, cuando algo le seduce por allí; quien más muestra su vulnerabilidad, no tanto su músculo (aquello donde sabemos somos buenos y nos defendemos bien ); es más libre, quien sufre por que apuesta a riesgo de amar sin ser correspondido, es más libre quien no se conforma con los sucedáneos, quien mira de frente y es capaz de decir su verdad, aunque no guste y nos rechacen; quien sabe escucharse más allá de lo aparente y seguir a su corazón sin demora; quien busca ser más verdad; quien no atiende a lo convencional, porque es mas cómodo; quien cuida y al mismo tiempo se cuida; quien llega a sus conclusiones porque las ha experimentado, no porque se las contaron; quien sabe retirarse, cuando no tiene sentido perseverar, si ya nada cambia; quien no acepta relaciones de dependencia; quien apoya la libertad aún cuando no nos eligen; quien sabe callar lo que sobra y no aporta nada constructivo y enfrenta lo que si aclara; quien no se detiene en lo cómodo; quien está abierto a que el otro le transforme y no se empeña en defender ese pequeño reducto que llamamos yo.

Quien sabe tal vez algún día no solo sea un intento y me pueda reconocer plenamente aquí.





Valencia, 29 de agosto de 2.015

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